SÍMBOLOS DE LA RIOJANEIDAD

AMIGOS DE LA RIOJA está celebrando el 30 aniversario de su nacimiento legal. Su propósito fundacional fue afirmar y exaltar la identidad colectiva de los riojanos. Siempre ha tenido muy claro la peculiaridad básica de nuestra identidad colectiva: no está basado en el antagonismo, ni en la exclusión. Abierta a todos los Pueblos vecinos con los cuales nos unen tantos lazos,  a las demás Españas y al resto de la humanidad, como ya se insinuaba en aquella definición de La Rioja, de “pequeño pueblo europeo del Valle del Ebro”. Además, el ser riojano, no implica pertenecer a ninguna tribu uniformizadora, no hay un manera única de pertenecer a nuestro Pueblo, sino tantas como personas la componen y todas ellas legítimas.

Esto implica reconocer que la variedad es parte constitutiva de la riojaneidad. Y de ahí nace la fuerza de nuestra debilidad colectiva.  No necesitamos cerrarnos para ser nosotros. No es casualidad que el puente sea lo más representativo en los escudos de nuestros pueblos: servir de nexo relacional entre gentes y comunidades varias, a mi juicio, es la posibilidad más rica que hemos heredado de nuestra situación territorial e histórica.

Además, La Rioja necesita la paz como condición indispensable para su propia existencia como colectividad.  Durante demasiados siglos fuimos escenario de luchas encarnizadas, por poseernos, de reinos vecinos que acabaron convirtiéndonos en frontera. Sólo en la paz y en un clima de libertades podemos llegar a ser nosotros mismos. Hoy nos visibiliza, ante propios y extraños, una bandera cuatricolor, inventada por el Colectivo Riojano, que aparte de su dudoso gusto estético, tiene un mérito indiscutible: no legitima a nadie para matar o morir por ella. ¡Y son tantas las sangres que manchan indeleblemente a la mayor parte de las banderas conocidas…!

Estas características de la amplia variedad riojana no pueden encerrarse en un solo símbolo. Voy a citar los, a mi entender, más importantes, reflejados en su lugar geográfico. Símbolos que entrañan tanto un recordatorio de nuestras raíces, como una proyección hacia el futuro:

SAN MILLÁN DE LA COGOLLA, el viejo escritorio benedictino, donde empezó a escribirse en el román paladino, origen de la lengua común de los hispanos. La Fundación creada para su estudio y el llamado Camino de la Lengua son muestra de esta raíz y de nuestra apertura universal. Creo que deben completarse, ya que en las Glosas Emilianenses aparece también una muestra escrita de palabras euskéricas, invitando a la Academia de la Lengua Vasca para que pueda celebrar allí algunas de sus reuniones y presentaciones públicas de sus trabajos. Debemos ser ejemplo de respetuosa convivencia de lenguas y hablantes sin manipulaciones políticas.

HARO, capital del vino de Rioja (no emprendimos el camino de la autonomía para sustituir el centralismo madrileño por otro logroñés). Su barrio de las bodegas fue el embrión de ese mundo del  vino que hoy no sólo es nuestro principal capital exportador, sino hoy también imán hacia dentro a través del enoturismo. Podíamos alargar este símbolo hacia FUENMAYOR, donde se encuentra la vieja casona, que fue sede de la Real Sociedad de Cosecheros del siglo XVIII que quiso construir un camino carretil para exportar nuestros vinos, precedente limitado del autogobierno riojano. El Consejo Regulador o el Gobierno de La Rioja debieran adquirir y restaurar esta casona y convertirla en un centro de referencia del Rioja.

SANTO DOMINGO DE LA CALZADA, epicentro del Camino de Santiago a su paso por La Rioja. Aquellos caminos, religioso-culturales, que unían todos los rincones de Europa con el finisterre compostelano, hoy han reverdecido con nuevas oleadas de peregrinos. Ampliar, y consolidar nuestra red de albergues debe ser un común objetivo de toda la sociedad riojana, con las asociaciones de amigos del Camino y las instituciones autonómicas y municipales. Esto debiera completarse además con un centro cultural de interpretación, investigación   y difusión cultural en torno al Camino.

NÁJERA: Es otro símbolo importantísimo de nuestra riojaneidad por un doble motivo: Fue sede con Pamplona de un reino medieval, cuya huella queda en el monasterio de Santa María la Real, con las tumbas de aquellos monarcas, Y en la historia reciente de nuestra autonomía, el hito de aquel encuentro en dicha ciudad de miles de riojanos reclamando la autonomía y coreando “la Rioja existe, pero no es…” de nuestros cantautores, es lección permanente e inolvidable en el camino hacia nuestro autogobierno. Un ramal de este símbolo autonomista se extiende hacia la vecina SANTA COLOMA, donde aquella convención el siglo XIX reclamó la segregación de La Rioja de las Juntas de Burgos y Soria, con respeto a su personalidad y sus necesidades.

LOGROÑO, capital de La Rioja, que en la Edad Media recibió aquel famoso Fuero que convirtió a sus pobladores  en libres. La celebración del centenario de su concesión fue una ocasión perdida para reunir a representantes de las poblaciones vascas, castellanas y cántabras que lo recibieron como derecho propio y que tenían a Logroño como su cabecera judicial.  Rescatar esta vinculación y, en colaboración con las poblaciones de Jaca, Estella y Sahagún que también tenían Fuero de Francos. organizar encuentros de estudios medievales puede ser un motivo de proyección cultural. También podría institucionalizarse un Observatorio de Libertades Ciudadanas que proyecte al presente aquel espíritu liberador del Fuero a través del sentido universalizador que hoy tiene el concepto de ciudadanía.

EZCARAY, centro del mercado de la lana en las sierras riojanas y de su ruta de los laneros que después de la caída de su importancia económica fue capaz de abrirse al  futuro como cabecera de unas industrias textiles que el espíritu emprendedor de los serranos alumbró en las poblaciones de nuestros valles altos. Este es el reto mayor que tiene La Rioja: ¿Cómo hacer rebrotar en estas sierras hoy casi despobladas una vida estable y prometedora que no se reduzca a segunda residencia para sus descendientes en época estival o de fin de semana?.

BRIEVA DE CAMEROS: Ahí queda el último rebaño trashumante que cuando se acercan los fríos emprende el camino hacia pastos del sur. No podemos olvidar las viejas cañadas de la Mesta que también en nuestra Tierra enlazaban con Andalucía y Extremadura. Estudiar ese viejo estilo de vida y sus consecuencias en las épocas invernales, “cuando la sierra se queda oscura y vacía”, sería motivo de montar un buen  centro etnográfico.

SAN ROMÁN DE CAMEROS: La abundante emigración riojana a las Américas y el regreso de los indianos que invertían parte de las ganancias obtenidas en dotar de mejoras materiales a sus pueblos y de escuelas para sus niños es objeto de una bibliografía creciente. La “operación retorno” que se organiza todos los años y la reforma del Código Civil para reconocer la nacionalidad española a hijos y nietos de emigrantes españoles, debiera culminar, entre nosotros, con la creación de una Fundación que estudiara y aglutinara todo el material hoy disperso sobre esta emigración, en contacto con los Centros Riojanos de América. 

CERVERA DEL RÍO ALHAMA: Núcleo del reino medieval de los Banu Kasi, aquella familia romano-visigótica que se convirtió al Islam y que tanta importancia tuvo en aquella lejana etapa histórica en el Valle medio del Ebro. Es una raíz olvidada de nuestro Pueblo que hay que rescatar, a través de un centro de estudios históricos que abarque también la religión islámica y la cultura árabe. Dado el creciente número de emigrantes que conviven hoy entre nosotros de esta confesión religiosa, el conocimiento recíproco puede ayudar a facilitar el respeto y la armonía de relaciones.

LA BARRANCA: Trágico monumento del siglo XX que nos recuerda los crímenes cometidos en nuestra Tierra en la última guerra civil. En el espíritu del acuerdo unánime aprobado por el Parlamento riojano de recordar aquellas víctimas del odio cainita y de solidarizarse con el dolor de sus familiares, a los actos del 1º de Noviembre, debiera acudir una representación del Gobierno de La Rioja para expresar tanto esa solidaridad como el firme propósito de que aquellas atrocidades no vuelvan a ensangrentar nuestro suelo. Con este fin, podría crearse un Centro para la Paz y la resolución de conflictos en la que la sociedad riojana toda y las nuevas generaciones, sobre todo, aprendan los valores del respeto mutuo  y el arte del diálogo y la negociación para resolver los problemas.

Pedro Zabala Sevilla

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