INSTRUMENTOS TRADICIONALES

UN PASEO POR EL PASADO

Quien no ha cantado cada año por Navidad ese conocido villancico que dice: "25 de Diciembre, fun, fun, fun". Pues este "fun" es el sonido que sale de la ZAMBOMBA, instrumento que lleva años haciéndolo y tocándolo " El Coronel". Este es el apodo por el cual todo el mundo conoce en Arnedo a Nicolás Quiñones Ciordia de 69 años.

Nicolas Quiñones "El Coronel". Foto: Fede

Su cariño por lo tradicional: canciones, ritos, romerías, etc. le llevan a seguir haciendo zambombas para amigos y conocidos. En este caso no solo nos la hace sino que nos enseña cómo hacerla.

Empezaremos por describir los MATERIALES que vamos a utilizar:

- El recipiente que usaremos en esta ocasión es una lata, por su poco peso y lo fácil que es de encontrar. Podríamos usar pequeñas tinajas de barro u otro tipo de recipiente de madera.

La lata tendrá unas dimensiones aproximadas de 25 cm de altura y 15 cm de diámetro.

- La piel que usaremos en este caso es de badana, usada para la confección de calzado. Es fina y está ya curtida. Pueden utilizarse otro tipo de pieles. Por ejemplo, en los años 40 se usaban habitualmente las vejigas de lechón, las pieles de cabritos jóvenes, y, según " El Coronel", también se usaban la piel de conejos o conejas viejas. Estas pieles había que curtirlas más tiempo y tenerlas más a remojo.

- La caña debe ser de carrizo, por tener un tallo recto, largo y suave al tacto; será de 1 cm de diámetro y unos 47 cm de largura, si tiene más anchura el recipiente se aumentará la largura hasta 55 cm.

- Liza, en este caso, y estando en Arnedo, ciudad del calzado, utilizaremos la que usan para coser los zapatos.

- Cinta con la que sujetaremos y adornaremos la piel

- Trozo de cable o alambre.

Las HERRAMIENTAS:

Metro – Tijeras – Punzón

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1. Domamos la badana

2. Estirar y centrar en la lata

3. Buscamos el centro

Imagen 1

Imagen 2

Imagen 3

PREPARACIÓN:

  1. A la caña (que habremos cortado teniendo en cuenta que en la parte de abajo coincida la unión de dos tramos o un nudo), se le practica un orificio en la parte inferior calentando el punzón. Así evitaremos que se abra la caña.
  2. Estiraremos la badana, que habrá estado a remojo unas 24 horas y que la sacaremos la noche anterior a su día de uso. (Imagen 1)
  3. Seguimos estirando la piel sobre la lata, centrándola para que cuelgue por todos los lados igual. (Imagen 2)
  4. Buscaremos el centro, colocando la caña en él. Manteniendo la caña se vuelve la piel sobre ella; con el punzón buscaremos el orificio echo en la caña y perforaremos la piel. (Imagen 3)
  5. Introducimos el cable o alambre y le damos una lazada; con un trozo de cinta se ata fuertemente por debajo del cable dándole varias vueltas. Se vuelve a dar la vuelta a la piel sobre la caña y la colocamos sobre la lata centrándola y estirando bien la badana. (Imagen 4)
  6. Cogeremos unos 3 mt de liza, lo que nos permitirá dar unas 5 vueltas a la lata sujetando la piel. Conviene ir tensando en cada vuelta y tener mucho cuidado al realizar el nudo para que no se afloje. (Imagen 5)
  7. Cortaremos otros 3 mt de cinta. Empezaremos a dar vuelta con ella a lo más cercano del borde e iremos bajando, tapando la liza. (Imagen 6)

Una vez atada la cinta, y como la piel sigue húmeda, nos fijaremos de que la caña quede recta y centrada, dejándola así durante 3 o 4 días, durante los cuales seguiremos estirando la piel.

Después de los días de secado, conviene forrar la superficie de la badana con cinta adhesiva transparente para evitar que la piel se moje al tocarla.

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4. Unimos la piel a la caña

5. Tensamos con la liza

6. Acabamos con la cinta

Imagen 4

Imagen 5

Imagen 6

Hemos acabado de confeccionar la ZAMBOMBA, pero, como cualquier instrumento, hay que saber tocarlo; y Nicolás sabe: ¡ vaya que si sabe ¡

El secreto para tocarla:

Se moja ligeramente la caña y luego, bien mojada, se desliza la mano por la caña sin apretar, volviéndose a mojar la mano a medida qué va secándose.

Y ahora, gracias a Nicolás, podemos sentir el espíritu navideño en cualquier época del año.

Texto y fotos: Federico Soldevilla Agreda

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