LUGARES PARA EL RECUERDO:

LA ALDEA DE VILLANUEVA

El viajero que circule por la carretera LR-113, en dirección al monasterio de Valvanera, puede observar, a la altura de la localidad de Anguiano, sobre una loma en la margen izquierda del río Najerilla, los restos pétreos de antiguas construcciones que antaño debieron corresponder a algún asentamiento humano.

 Lo que hoy contemplamos son las ruinas de la llamada “Granja de Villanueva”. Sin  embargo, bajo esas ruinas existió una aldea cuyo nombre, Villanueva, como otras localidades de igual denominación,  corresponde a los nuevos lugares que fueron creados en la Reconquista para repoblar los territorios conquistados.

No consta documentalmente la fecha de creación de la aldea de Villanueva, pero podemos suponer que sería alrededor de finales del siglo X cuando surgen en la zona monasterios como el de Valvanera, San Cristóbal de Tobía o San Miguel de Pedroso y localidades como Tobía, Matute, Anguiano, etc. Prueba de lo anterior es un documento el año 979 por el que García Fernández, conde de Castilla, da a San Miguel de Pedroso la villa de Ezquerra, y firma como testigo “…Luifar Monnioz in Villa nova.”

Es en el año 1014 cuando Sancho III el Mayor rey de Pamplona, dona al monasterio de San Millán, entre otros, el monasterio de San Cristóbal de Tobía, la casa(¿monasterio?) de San Pedro, cerca de Villanueva, además de unos molinos en Ledesma: “…ad honorem sancti apostoli Petri, in vicinitate Ville nove”.

El mismo rey, en 1020, confirma la donación a San Millán del monasterio de San Cristóbal de Tobía: “…alia terra super carrera inter Matute et Villa nova…”

El monasterio de Valvanera, a finales del siglo XI, va ocupando paulatinamente las tierras cercanas a su cenobio, sustituyendo de este modo la influencia que anteriormente tenía sobre Villanueva el monasterio de San Millán, hasta que en 1092  Alfonso VI concede a los monjes de Valvanera gozar de comunidad de pastos con las villas de Matute, Tobía, Villanueva, Anguiano y Madriz, concediéndoles, además, la iglesia de Santa María de Villanueva.

Como aldea de Valvanera figura en un documento del año 1149 por el que los obispos de Calahorra, Tarazona, Burgos y Osma, asisten en la ciudad de Burgos a la concesión de fuero que otorga al rey a Villanueva. Por fin, en el año 1189, Alfonso VIII vende al monasterio de Valvanera la aldea de Villanueva por 500 áureos, uniendo su destino al de aquél:”…dono et concedo Deo et Sancte  Marie monasterio de Valle Venera, Villam Novam que est sita inter Anguidanos et Matuth…”

A partir de este momento comienza el declive poblacional de Villanueva como aldea independiente y son escasos los restos documentales existentes.  No obstante, en 1231, doña Urraca, abadesa de Cañas, cambia una tierra en el término de La Cabaña por otra de Juan Pérez de Ibrillos, en Villanueva: “…et el conuento de Cannas da a el una tierra de un almud sempnadura en Billa Nova…”, lo que nos permite sospechar que en la aldea todavía existían vecinos.

A principios del siglo XIV (1301), Fernando IV, rey de Castilla exime de todo tributo a veinte pobladores que se establezcan en la granja de Villanueva: “…por fazer bien es merçed al abad e al convento de Santa María de Valvanera e porque la su aldea que dizen Villa Nueva de Anguiano, que fue yerma, con esta gracia se pueda mejor poblar…”  Claramente no está indicando el documento es que la mayoría de los vecinos de dicha aldea habían abandonado el lugar, trasladándose a la otra orilla del Najerilla, el barrio que llaman “Las Cuevas”. Sólo queda, por tanto, la granja, dependiente del Monasterio.

¿Cuándo desapareció como aldea con Concejo? En un documento de 1359, con ocasión de un pleito entre el Monasterio de Valvanera y la granja de Villanueva por una parte y las villas de Anguiano, Matute y Tobía, por el aprovechamiento de pastos, varios vecinos de estas villas juraron que cuando eran pequeños había moradores en el dicho lugar de Villa Nueva.

La granja de Villanueva continuó su andadura, jalonada por los numerosos pleitos del monasterio de Valvanera  con los vecinos de las localidades limítrofes, por la explotación de sus  términos, dehesa, monte y aguas, hasta que a principios del siglo XV (1405) es arrendada a varios vecinos de Matute.

Gestionada directamente por el Monasterio o cedida a particulares, la Granja de Villanueva siguió su lento declive hasta que fue abandonada en el siglo XIX tras la Desamortización.

José Manuel Gato
Foto: Fede

 

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